Mi abuelo, mi yayo, hacía, además de unos churros que sabían a gloria los domingos por la mañana, cosas en madera. Entre las cosas que conservo, se encuentra un tren de madera de colores al que tengo un gran cariño.
Hacía días que quería hacerle algo a mi tía Mary, la hermana pequeña de mi madre y mi madrina, y me pareció buena idea hacerle una réplica de ese tren que hizo su padre. Así que me lancé, y sin patrón ni nada, intenté hacerlo lo mejor que pude.
Aquí podéis ver el tren original, en madera:
Y aquí cómo quedó la réplica en amigurumi:
Más detalles del tren en amigurumi:
Aquí se puede apreciar cómo se ve el tren por detrás:
Y aquí una comparación entre ambos.
Quizá no quedó perfecto, pero la dosis de cariño que lleva lo compensa...